Si alguna vez has querido iniciar un nuevo proyecto, tener un cargo en la iglesia, o involucrarte en el evangelismo, pero siempre encuentras excusas para no hacerlo, es probable que debas impulsarte a ti mismo y dar ese primer paso que puede transformar tu vida y la de otras personas que sean tocadas por tu intervención.
Solo querer no es suficiente, comenzar con alguna actividad conlleva un proceso. No todas las personas que han alcanzado éxito en diferentes áreas lo lograron porque hubo circunstancias fortuitas, en la gran mayoría hubo aprendizaje previo y algunos fracasos, pero si las ganas de servir están presentes, si tu amor por Jesús y su obra laten en tu pecho, ¡no te detengas! Dios no siempre llama a los más capaces, sino a los más dispuestos.
Si la inexperiencia, el temor al fracaso o la falta de entusiasmo no te dejan decir sí y te mantienes como mero espectador, ¡te estás perdiendo la acción! Servir a Dios y a su iglesia es una experiencia de crecimiento. Cada vez que estudias, creas, diriges u
organizas eres el más bendecido.
5 aspectos que debes tener en cuenta:
1. Nadie nace sabiendo, si estás involucrándote por primera vez en un ministerio de servicio en la iglesia, busca instrucción en las páginas oficiales de la iglesia, asiste a las capacitaciones que se imparten para nuevos dirigentes y lo más importante, ora y pide a Dios que se él tu guía y maestro en esta nueva faceta.
2. No compares tu trabajo con el de otro. Cada uno infunde su sello especial al trabajar para Dios. No olvides que tus esfuerzos forman parte del plan de salvación, por eso hay que invertir y dar lo mejor porque es para Dios y para motivar a miembros e invitados a seguir a Cristo.
3. Sé consciente de que habrá fracasos o críticas, pero ser maduro espiritualmente significa tener los ojos en lo más elevado. Si mantienes tu mirada abajo es probable que termines desanimado, porque los seres humanos somos pecadores e imperfectos. Piensa a quien sirves y en quién has creído, ¡que ese sea tu motor!
4. Aprovecha tus conocimientos en uso de la tecnología y medios, podrás refrescar y motivar especialmente a quienes ya han servido a la iglesia por mucho tiempo. Sé paciente a veces presentar nuevas formas de hacer las cosas puede provocar temor o incertidumbre. Mientras tus pensamientos e ideas vayan en la dirección correcta, Dios las prosperará.
5. No te pierdas la oportunidad de servir, si estás involucrado, tu fe se fortalece y al mismo tiempo contribuyes para que otros se acerquen con confianza a la iglesia.
La próxima vez que te inviten a participar anímate y da el paso diciendo ¡Yo iré! Dios te necesita, necesita que traduzcas el poder de Dios a tu generación.